viernes, 16 de abril de 2010

Cuando la frustración ahorca más fuerte que un lazo...

Estoy escribiendo sólo para evitar que el blog se muera por inanición (o sea, por no darle de comer). La verdad es que en estos días no he estado muy de ánimos como para contar mis aventuras y desventuras por el mundo. Mucho menos para escribir opiniones acerca de un puñado de temas que me rondan por la cabeza. Y, aunque tengo tres borradores en el tintero, no he querido/podido terminar ninguno.

Y ya. No tengo mucho más que decir. Estoy frustrado de la vida, entre otras cosas porque se acerca mi fecha límite y parece que llegaré en "números rojos" (el que no sabe a qué me refiero, absténgase de sacar sus propias conclusiones). Encima, como que el cerebro no me está procesando con normalidad. No sé, deben ser ideas mías.

A propósito, ésto más parece libro de "Memorias" que blog, por aquello de que mi audiencia es bien "variada": Dios y yo (como quien dice que este es "El blog de Dios", porque sólo Él lo ve).

No hay comentarios:

Publicar un comentario