lunes, 19 de julio de 2010

Carta de disculpa a los seguidores de "The King Flyp"

Quisiera comenzar esta carta pidiéndoles disculpas a todos y cada uno de ustedes, amantes del reggaetón morazaneco (sí, ese es el gentilicio de Morazán). Sinceramente, no sé qué fue lo que se me atravesó por la mente cuando me atreví a criticar a tan digno exponente de la cultura salvadoreña (sí, estoy hablando de King Flyp).

Supongo que en aquel momento se me olvidó que nosotros, los salvadoreños, somos, antes que otra cosa, la cuna del reggaetón. No, no fueron los puertorriqueños quienes dieron al mundo ese vaso insondable de cultura, fuimos nosotros. ¿Cómo se me pudo haber olvidado? Si el reggaetón es más salvadoreño que las pupusas, que las ruinas de Tazumal y Joya de Cerén juntas, que el mismísimo monumento del Divino Salvador del Mundo. El hecho de que todos los conductores del transporte colectivo, dignos representantes de nuestra cultura, escuchen ese género, tuvo que haberme dado alguna pista de ese dato tan importante que yo había olvidado. Y aún así, pobre ignorante, me atreví a criticar a King Flyp por usar un género musical que, según yo, era extranjero.

También quisiera disculparme porque no me había dado el tiempo de sentarme a meditar sobre las profundas verdades de las que King Flyp habla en sus canciones. Y yo tanto que lo critiqué. Pero no sólo eso, porque además de ser filosofía pura, sus letras son inestimables aportes literarios para el idioma español, casi como poemas barrocos. Es más, en expiación de mi ofensa, yo me comprometo a organizar un "mano a mano" entre King Flyp y Daddy Yankee. Apuesto que sería algo nunca visto, ni siquiera el antiguo pleito entre los poetas Luis de Góngora y Francisco de Quevedo.

Finalmente, mil disculpas por haber dicho que King Flyp no era un artista. ¿¡Cómo pude haber dicho semejante barbaridad!? Es tan artista como Salarrué, que murió sin honores y en la pobreza, por haberle dedicado su vida entera al arte; tan artista como Alberto Masferrer, que retomando ideas extranjeras (de Italia, para ser exactos), escribió el "Mínimum Vital". Lo que pasa es que yo estaba juzgando a King Flyp con cánones vetustos, porque antes, para ser llamado "artista", era necesario, además del valor para hacer las cosas, que éstas fueran verdaderamente buenas. Arriesgar todo por el arte, como quien dice. Se me olvidaba que ahora nada más basta con hacer las cosas valerosamente, aunque sean gabanadas (por supuesto que esto último no va con King Flyp, él no es nada gabán, sólo alguien muy valiente).

Por el momento es todo lo que tengo que decirles, queridos seguidores del Rey del reggaetón. Mil perdones nuevamente, porque lo he juzgado mal sin conocerle. Espero resarcir un poco el daño.

Acongojadamente,
Ars Pontifex

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P.D. 1: Para el que no entendió que todo lo anterior es puro sarcasmo, le invito a pasar por mi casa. Sirve y así se lo explico con dibujitos.

P.D. 2: Si, ahora, para que a uno lo llamen "artista" sólo hace falta tener valor para hacer las cosas, espero que más de alguno me dé ese título a partir de hoy. Ustedes no saben el valor que hace falta para publicar estas sátiras, a sabiendas que le puede caer una pedrada o pueden atentar contra uno.









jueves, 3 de junio de 2010

Crónica de un desvelo anunciado...

Uno sabe que se lo va a llevar Candangas cuando, dos días antes de entregar una investigación bibliográfica, le llaman por teléfono y le dicen: "Tenemos un problema". Lo primero que se cruza por la cabeza es: "¿Cómo que tenemos un problema? Si yo llevo bien mi parte". Y entonces dan ganas de golpear a muerte al que llamó, porque el "problema" es que hizo una parte que no le tocaba, ¡y encima trata de echarle la culpa a uno!

Pero no se llega a estar 100% seguro de que viene Candangas hasta que no aparecen en la bandeja de entrada los correos con las partes del trabajo del que se había equivocado. Uno abre los documentos, así como el doctor que va a realizar una operación delicada, con mucho cuidado, no sea que toque por donde no es y se termine de fregar el asunto. Uno comienza a leer con temor la primera línea: "Al hablar del principio de publicidad debemos de referirnos a lo que esto en si significa...", y entonces se dice a sí mismo con resignación: "Ya está, sin duda que me llevó Candangas".

Son las nueve de la noche del día anterior a la entrega del trabajo, y ya está revisado y arreglado en tres cuartas partes. "¿Qué me falta? Ahhh sí, revisar la parte de aquél", que más que revisarla es volverla a hacer, porque su redacción es una mezcla de narración, en la que informa qué es lo que está por escribir, junto con párrafos enormes y textuales sacados tal cual de otro documento.

Uno hace un esfuerzo supremo por calmarse, por aquello de que la presión arterial no le vaya a pegar un porrazo por el estrés de tener que hacer un cuarto del trabajo, que originalmente no le tocaba. Y así se pasa el tiempo: dan las 10, las 11, el toque del Ángelus de la medianoche y es la de no acabar. Conforme van pasando las horas, a uno le toca hacer de todo para no caer inconsciente por el sueño. Desde comer pan dulce, tomar cantidades industriales de agua y hacerse un té, hasta ponerse a oír música de lo más bayunca con tal de reirse un poco. Eso sí, uno sabe que ya está grave cuando escucha cosas como ésta:



O ésta:


O peor aún, ésta:


Lo acepto, yo llegué a ese punto. Todavía más grave: ese último "éxito" musical se me quedó en la cabeza todo el santo día, y ahí anduve yo, silbe y silbe a la "Abusadora".

Después de mucho lelear con las canciones, me llegó (¡por fin!) la hora de descansar. Eran las cuatro de la mañana. Los pájaros ya comenzaban a cantar, y yo no había dormido ni un minuto. La verdad es que a este paso, la universidad me va a matar. Eso de estarse desvelando por culpas que no son de uno, como que no funciona demasiado.

¿Que cómo logre aguantar todo el día? Sólo porque la gracia de Nuestro Señor es abundante. Y aún así los herejes de los ateos no creen. Que Dios nos agarre en confesión.

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P.D. Ya sé que este no es uno de mis mejores post, pero entiendan: sólo dormí dos horas, aún me estoy reponiendo.

martes, 11 de mayo de 2010

San Salvador me duele

San Salvador me duele. Sí, así como cuando uno dice: "Me duele la cabeza". San Salvador me duele cuando me encuentro, a las nueve de la noche, a una niña vendiendo bolsas con hojuelas (que no son de mayo, sino de noviembre). Me duele cuando supongo que esa niña no va a poder irse a su casa hasta que termine de vender todas las bolsas, porque, de lo contrario, Morfeo la encontrará llorando por culpa del castigo que le propinarán sus padres.

Me duele cuando veo a un joven, que no tendrá una edad muy distinta a la mía, inmerso en otros mundos, ajeno a la realidad. No es porque él sea de mucha imaginación, sino que el pegamento realmente "pega" fuerte (a los pensamientos dentro de su cabeza, claro). Y sonríe, seguramente a algo que solamente él puede ver. Pero, al menos, sonríe.

San Salvador me duele cuando veo a un anciano, con su sombrero de paja y su franela roja, acariciando los retrovisores de algún carro para recibir unos centavos. Me duele cuando pienso que nadie debería terminar sus días así. Y me duele, aún más, cuando ese mismo señor, a pesar del cansancio, esboza una sonrisa sincera. Una sonrisa que no está dirigida a mí, pero que me quiebra por dentro.

Mientras voy por las calles, me convierto en algo así como un collar "atrapa sueños", sólo que en lugar de sueños, yo atrapo dolores. Por la mente se me cruza aquella frase: "Corazón de Jesús, venga Tu Reino" (por favor, que venga urgente) . Es en serio, San Salvador me duele.


lunes, 19 de abril de 2010

Sobre la fauna cuaresmal y pascual...

Si alguna vez me pidieran un sinónimo de Cuaresma, bien podría escribir "cigarra"; y si me pidieran uno de Pascua, escribiría "chicote". El asunto está en que no es lo mismo el "ser" que el "deber ser" (una breve acotación extraída de las clases de Introducción al Derecho).

Aunque la Cuaresma, en teoría, es un período de reflexión y preparación para conmemorar la muerte de Jesucristo, en sentido estrictamente material y práctico son cuarenta días "al vapor", cociéndonos a fuego lento mientras las cigarras complementan haciendo la onomatopeya del silbido de una olla a presión.

La mañana del martes anterior a la Semana Santa, estaba en una de mis clases, nadando en un mar de humedad ambiental y quejidos tipo: "¡Juépuya! ¡Qué calor!" (que en parte eran míos). Por la ventana se alcanzaba a ver un matocho de árboles con aspecto silvestre, de esos que los jesuitas tacaños pretenden hacer pasar como "jardines". Completando el cuadro, aparecieron las cigarras con su silbido de vapor. Entonces, la UCA dejó de ser la UCA, y me sentí transportado al rancho de mis abuelos al que íbamos a pasar algunos días de la Semana Santa durante mi infancia. Por eso odio a las cigarras, me traen nostalgia ansiosa (o sea, nostalgia de la mala).

Una vez superada la Cuaresma, atravesamos la Semana Santa para llegar a la Pascua. Es ahí cuando el problema, en vez de solucionarse, se agrava: se van las cigarras, pero aparecen los chicotes. Una vez anochece, a los benditos les da por creer que mi habitación es aeropuerto, y que mis cosas son pistas de aterrizaje. El asunto se ha vuelto tan delicado que no me ha quedado de otra que aprender el arte de matar a los insectos mientras vuelan, usando un control remoto (para golpearlos, obviamente).

Buscando en Google, encontré la siguiente definición: "Chicote. Es un escarabajo de color café, que suele aparecer en el excremento de animales de ganado". Y es que, es cierto que mi blog está tematizado con un municipio ficticio llamado Chanqueso, pero de eso a que haya ganado (o su excremento) en las cercanías de mi casa, pues no.

En cierta ocasión, un conocido comentó asqueado que, al tomarse una taza de leche, masticó un chicote pensando que eran rajas de canela (permítanme y me río). Sinceramente, espero que en su momento no haya leído esa definición de los chicotes.

Creo que después de leer lo anterior, queda claro otro de los motivos por los que prefiero la época de adviento y Navidad. Ni modo, a esperar que avance el año.

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P.D. Mientras escribía este post, maté 5 chicotes y un visitante casual e inesperado: una cucaracha voladora. Sólo para que lo sepan.

viernes, 16 de abril de 2010

Cuando la frustración ahorca más fuerte que un lazo...

Estoy escribiendo sólo para evitar que el blog se muera por inanición (o sea, por no darle de comer). La verdad es que en estos días no he estado muy de ánimos como para contar mis aventuras y desventuras por el mundo. Mucho menos para escribir opiniones acerca de un puñado de temas que me rondan por la cabeza. Y, aunque tengo tres borradores en el tintero, no he querido/podido terminar ninguno.

Y ya. No tengo mucho más que decir. Estoy frustrado de la vida, entre otras cosas porque se acerca mi fecha límite y parece que llegaré en "números rojos" (el que no sabe a qué me refiero, absténgase de sacar sus propias conclusiones). Encima, como que el cerebro no me está procesando con normalidad. No sé, deben ser ideas mías.

A propósito, ésto más parece libro de "Memorias" que blog, por aquello de que mi audiencia es bien "variada": Dios y yo (como quien dice que este es "El blog de Dios", porque sólo Él lo ve).

miércoles, 31 de marzo de 2010

A propósito de los locos...

Como lo dije en un post anterior, estos días se prestan fácil para la locura. Y es que yo pensaba que con el crédito y la "fama" que le habían dado al mago Yin ya lo había visto todo. Pero no. Hoy resulta que los creyentes en el Novus Ordus Seclorum (o sea, el Nuevo Orden de los Siglos, o sea -otra vez-, una teoría de la conspiración de esas que inspiran a Dan Brown) dicen que el calentamiento global ¡es un invento!

Así es, cuando uno cree que ya lo escuchó todo, salen estos señores diciendo que los gobiernos poderosos se "inventaron" el calentamiento global para poder cobrar impuestos ambientales y seguir sometiendo a África en la pobreza (yo no le hallé mucha relación a lo último, pero así dicen ellos). ¿Será que esta gente piensa que Google es parte de la conspiración y les da miedo meterse a buscar imágenes del calentamiento global? Conspiracionistas, ¡tápense los ojos entonces!





Yo no sé, verdad, pero tengo intenciones de pagarle un boleto y la estadía a cualquiera de estos individuos, todo con tal de que vengan a pasar una temporada (especialmente ésta de Semana Santa) aquí a San Salvador. Tal vez así se convencen de que este horno en que se ha convertido la ciudad no es ningún invento, y mucho menos los malditos dolores de cabeza por exceso de calor (esto último es queja mía, lo siento).

Bueno, aunque así como ellos piensan (o tal vez es que no piensan, en realidad) me van a salir con una bayuncada como que los "gobiernos poderosos" pusieron máquinas que calientan las aguas en los Océanos, y que por eso se da el "efecto del niño". O tal vez me dicen que han puesto espejos en los cerros pelones que rodean a San Salvador, o que... no, ya estuvo. Mucha locura por hoy.

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P.D. En un periódico (no recuerdo cual) salió que hace unos días habían mandado a cortar un árbol de 40 años que se encontraba a unas cuantas cuadras de mi casa. Según el artículo, quienes lo cortaron eran empleados de la alcaldía que no tenían permiso escrito. Yo me pregunto: ¿o sea que Norman es parte de la conspiración para hacernos creer que el medio ambiente está en decadencia? Mmmm, no contaban con su astucia.

martes, 30 de marzo de 2010

Más malo y más zano

Lugar: Aula D-17. UCA.
Protagonistas: Vas-Celina, Marius, Manuel, In-nodora, yo.
Contexto: Receso de la clase de Derecho Civil I.

[Nos encontrabamos organizando una salida para el día siguiente]
  • In-nodora: Y, ¿a dónde vamos a ir?
  • Yo: Tengo ganas de ir a Arambala.
  • In-nodora: ¿¡A dónde!?
  • Yo: A Arambala, es un pueblito.
  • In-nodora: Sos un bayunco, eso te lo acabás de inventar.
  • Yo: ¡Claro que no! Mi inventiva no llega a tanto. Ya vas a ver. Manuel, ¿verdad que Arambala existe?
  • Manuel: Ahhh, este... no, no sé. Nunca lo había escuchado. ¿A dónde queda?
  • Yo: Pues... no sé, pero sí existe. Estoy seguro. Vas-Celina, ¿verdad que existe Arambala?
  • Vas-Celina: No sé, yo creo que sí.
  • Yo: Preguntale a Marius.
[Vas-Celina interrumpe otra plática que tenía Marius en ese momento]
  • Vas-Celina: Marius, ¿vos conocés Arambala?
  • Marius: No, no lo conozco, pero sí existe. Queda allá por Oriente.
  • Yo: ¡Vaya! ¡Ya ven que no estaba inventando!
  • Marius: Sí existe. ¡Con que hay un lugar que se llama Chanqueso! [Eso fue lo que todos los presentes entendimos. En realidad se refería a Ichanquezo]
[Todos rompen en risas, incluidos Pablo y Karli, que hasta entonces no habían participado en la conversación. Más tarde, al respecto, Pablo diría su frase célebre: "En Chanqueso a la pupusa le-chán-queso".]


Pie de foto: Momento en que filosofábamos sobre la existencia de Chanqueso*.


En aquel momento, todos pensamos que el nombre se lo había inventado Marius. Él dijo que a cambio de $6.00 para tacos nos daba pruebas de que sí existía (y pues, perdone don Marius, pero la alcaldía de Chanqueso no es la de Norman, aquí no nos alcanza para los tacos).


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Al buscar Chanqueso en internet, no hubo resultado alguno. Después de probar distintas combinaciones encontré un pueblito llamado Ichanquezo (que no es lo mismo). Sin embargo, desde el día en que tuvimos la conversación, Chanqueso pasó a existir en mi cabeza. Pero, ¿por qué tendría que quedarse sólo en una idea? Tolkien tiene a la Tierra Media, García Márquez tiene a Macondo, y a partir de hoy, yo tengo a Chanqueso. En función de este nuevo formato, he cambiado la imagen y el nombre del blog para mayor agrado de quienes lo visitan.

¿Qué es Chanqueso? Es un municipio digital con crónicas, relatos, análisis, comentarios y más. Por cierto, no se les olvide que aquí yo soy como la Santa Inquisición... así es que comenten sin miedo, sólo voy a eliminar aquello que no me favorezca (jejé).

Bienvenidos. Los chanquesanos les saludan...

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* La foto y los gestos que en ella aparecen no son fingidos, en serio, así de incrédulos estábamos.

domingo, 28 de marzo de 2010

Multipost: Pensamientos que no merecen tener su propio post

Yo NO podría ser Benedicto XVI

Hace un par de días tuve una "riña" con un ex-compañero del colegio porque anduvo de "meque" haciendo cosas que no debía. Por su mente se le cruzó que sería gracioso etiquetar a personas del colegio en una fotografía en la que yo salía jugando billar. Hasta hoy me sigo preguntando: ¿qué tiene eso de espectacular? O peor aún: ¿qué tengo yo de espectacular como para que a la gente le interese saber lo que hago o dejo de hacer? Yo pienso que no hay nada de fantástico en mí, y mucho menos en ese evento, como para que este ex-compañero hiciera la alharaca que hizo.

Como sea, el asunto me molestó sobremanera. No me quedé conforme con que la persona (no mi ex-compañero) que publicó la fotografía eliminara las etiquetas, sino que a él le hice saber mi molestia. Como todo ser humano, se justificó con cosas que no tenían nada que ver con mi reclamo y se conformó con dejarlo así.

Ya superado el tema, unos días después, me puse a pensar en mi pobre tiyo Benedicto, al que le ha tocado aguantar toda clase de críticas desde el inicio de su Pontificado. Últimamente éstas han golpeado duro respecto al tema del abuso sexual en menores por parte de sacerdotes. De tantos "casos" que aparecen, ya no se sabe cuál es real, y todo se reduce a tres opciones: a) es un intento de desprestigiar a la Iglesia y al Papa, b) el humo del diablo se metió en la Iglesia (como lo dijo Pablo VI hace varias décadas) o c) los casos son realmente varios y tan graves.

No importando cuál sea la respuesta, la presión sobre el anciano Papa es demasiada. Aunque confiamos en la ayuda presta de Nuestro Señor, no creo que Ratzinger se lo esté pasando muy bien. Yo en su lugar no soportara, como quedó demostrado en el altercado con mi ex-compañero. En ese sentido, le debo mi más profunda admiración al Papa. Ojalá y pronto se calme esta tempestad. De paso, aprovecho para pedir a los católicos que leen el blog que encomienden en sus oraciones a la Iglesia Universal y a su cabeza terrenal, el Papa.


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No estoy durmiendo bien

No sé qué será, pero últimamente dormir es un sacrificio para mí. No porque no me guste, o porque no lo necesite, sino porque estoy teniendo sueños extraños. A principios de la semana pasada soñé que se nos venía encima un terremoto. Como en todo sueño, la experiencia me pareció angustiantemente real. Eso sí, me sentía yo bien a lo "vidente de Garabandal" rezando a todo pulmón el "Señor mío, Jesucristo" (con la salvedad de que en Garabandal eran videntes mujeres).



Luego, a mediados de semana soñé que tenía examen de Bio-Química (sí, cabal, una materia que veía en el colegio y que no recibo desde hace como año y medio). Era el examen final del año, y además de que me pedía mil y un reacciones, tenía que describir el ciclo de circulación mundial de tres ramos de plantas que daban con la papeleta. Para acabar me dieron como 5 paletas de colores (de esas que tienen en las ferreterías para escoger las pinturas), y me pedían que pusiera el grado de pigmentación y coloración de cada una. En un momento de la prueba, el viento me voló las hojas y cuando un compañero las recogió y vio lo poco que llevaba, me dijo: "Apurate, sino vas a dejar el examen". ¡Por supuesto que lo dejé! ¡No sabía nada! Y con el examen, dejé la materia; y con la materia, dejé el año (sólo en el sueño).

Hoy me quedé dormido un par de horas por la tarde. Soñé que mi casa estaba cerca del mar (y no, a mí no me gusta el mar). Mientras estaba en una especie de hotel en la playa, llegó una ola. No era un ola enorme, pero sí lo suficientemente grande como para hacer que un borracho atravesara una ventana. Por supuesto, después de alertar a medio mundo, agarré mis cosas y me fui. No es por ser supersticioso pero no tengo intenciones de ir a la playa estas vacaciones, de todos modos ni me gusta.

Y ya.

lunes, 22 de marzo de 2010

Y Cervantes se retuerce...

Caso I

Lugar: Clase de Derecho Penal I/ Aula A-24/ UCA.
Situación: Consulta de un compañero sobre el tema en desarrollo.
Involucrados: Compañero de clases/ Catedrático.
  • Compañero: Vaya, ¿y un médico tiene culpa en el caso de que declare como muerto a alguien que no se le sienten los signos pero está vivo?
  • Catedrático: ¿¡Cómo!?
  • Compañero: ¿Que qué culpa tiene un médico en caso de que declare muerto a alguien que andaba en una coma, y que después al recabar y abrir el ataúd se había volteado porque no estaba muerto?
  • Catedrático: No entiendo.
  • Compañero: Puesi, como cuando le da un infarto, por ejemplo.
[Aquí el catedrático no oye bien el mensaje y se confunde.]
  • Catedrático: Ahhhh, cuando le dan un disparo... bueno, ahí sí tiene culpa.
  • Todos: ¡¡¡NO, un infarto!!!
[Un par de compañeros se ponen a comentar en voz alta sobre el caso de un niño en San Miguel, al que dieron por muerto cuando no lo estaba.]
  • Catedrático: Bueno, nos estamos saliendo del contexto.
[La clase continúa, igual que mi risa cada vez que me acuerdo del incidente]



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Caso II


Lugar: Librería y papelería con apellido de escritor español fallecido en 1616.
Situación: Andaba en búsqueda de la versión íntegra (o sea la versión completa) de "Las mil y una noches".
Involucrados: Encargadas de la papelería y yo.
  • Encargada 1: Buenas tardes, ¿en qué le puedo ayudar?
  • Yo: Buenas, busco "Las mil y una noches".
[La encargada 1 pone cara de que no sabe en donde están las cosas. Vuelve a ver a su compañera.]
  • Encargada 2: Ahí deje, ya la voy a buscar yo.
[Me voy con la encargada hasta el fondo de la papelería, en donde tienen el estante con libros]
  • Encargada 2: Aquí tiene.
[Me muestra un folleto delgadísimo, con las páginas color "papel periódico 80´s". Estoy seguro de que originalmente el libro no se veía así, pero después de tanto año en estantería hasta yo agarraría ese color.]
  • Yo: Mmm, no, muchas gracias.
  • Encargada 2: ¿No es la edición que busca?
  • Yo: No. Ando buscando la edición íntegra.
  • Encargada 2: ¡Ahhh, sí! -se queda viendo la portada del libro- Es que ésta es la edición "Prisma" [Señora, ¡ese es el nombre de la editorial!].
  • Yo: Ah, bueno. Gracias.
[Y me retiré convencido de que en esa librería no saben ni cómo se llaman.]

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Y es que yo no sé qué pasa últimamente, ¿será que todo el mundo anda estresado y no sabe lo que dice? ¿O será parte del "efecto Nostradamus"? Ya de perdida, podría ser culpa del "efecto Chancleta" (sí, el del mago Yin-a). En la última semana he escuchado cosas como que "el poder se disparse" (no, ni se dispersa, ni se esparce). Y, además, "no salen las salidas" porque "desplifarramos" demasiado (o sea que no somos "ávaros"). Bueno, y en medio de la aflicción por tanta cosa, ¿a quién "acurro"? (es que acudir y recurrir a alguien ya pasó de moda).

Una cosa es cierta: De tanto retorcerse en la tumba, Cervantes de seguro se ha "voltiado". Y no precisamente porque "anduviera en una coma" cuando lo dieron por muerto, sino por tanta herejía que le toca escuchar.


¡Que Dios nos agarre confesados!


miércoles, 17 de marzo de 2010

Receta para la locura (en dosis diarias)

Hace un par de días puse un "borrador" de esta idea en mi estado del facebook. Tristemente, es la verdad; ahora volverse loco no está tan difícil. Si en otro tiempo me estresaba el asunto académico, ahora (además de eso) me estresa todo mi entorno: que si llueve en marzo, que si viene un frente frío (sí, ¡también en marzo!), que si Funes ya no piensa perseguir a los corruptos (me defraudó, aunque yo no voté), que si ya es "el fin de los tiempos", y así...

La cosa es que en estos días hasta ver televisión aflige. Los noticieros hablan sólo de muertos (en realidad, asesinados), pandilleros, accidentes (o sea: más muertos), toma de universidades y cosas por el estilo. Un día de éstos, hasta el facebook se puso lúgubre con la noticia de que habían asesinado a un ex-estudiante del Liceo. Resultó que era un pariente, hasta entonces desconocido, de un amigo. Cuando él regreso del velorio, nos pusimos a "skypear" sobre las peores formas de morir, que qué se sentirá en el paso de muerte, si los tamales son adecuados o no en los velorios, etc.

En fin, para los que quieran volverse locos usando sencillos recursos como los anteriormente descritos, aquí les receto su dosis:

Receta moderna para la locura
(por el "doctor" Mario Nouci Zola*)
  • Por la mañana: Lea completo el periódico de su preferencia. Mientras más amarillista, mejor.
  • Acompañe las comidas con cualquier emisión informativa en formato radio o televisión. Si puede ver y/o escuchar más de una emisión, mejor.
  • Antes de dormir: Vea el reprisse de todos los noticieros.
  • Opcional: Si las dosis anteriores no dan los resultados esperados, lea las predicciones de cualquier charlatán como el "mago Yin" y vea el especial "La Semana del Armagedón".

¡Resultados garantizados!

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* Aclaración: Mario Nouci Zola es el anagrama de Mauricio Lozano (jijijí jojojó). Al fin pude sacar uno decente. Nouci me suena a italiano (aunque no lo es, ni yo tampoco), y Zola me suena al escritor francés Émile Zola (pero yo no soy francés, y aunque lo intento... no creo que yo sea un escritor).

martes, 16 de marzo de 2010

De mago... ¡pero ni el sombrero!

Últimamente a todo el mundo se le ha despertado el lado escatológico*. Ahí está que el History y el Discovery Channel se han puesto a competir para ver quién pasa más documentales por semana acerca del fin del mundo. Los del History son taaaaan creativos que le pusieron "Semana del Armagedón" (vaya, ni a mí se me hubiera ocurrido). Y lo más triste de todo es que la "semana del armagedón" ya va para quincena y con los mismos capítulos todos los días.

El Salvador no está exento de toda esta parafernalia astrológica, contamos con un "dignísimo" representante: el mago "Chancleta" (Mago "Yin"-a, quise decir**). Y resulta que en las semanas posteriores al terremoto de Chile todo el mundo salió corriendo a entrevistarlo, porque él "ya lo había predicho" (¡a pues sí, como no!). ¿Será que nadie se fija en el puñado de predicciones que hizo y que nunca se cumplieron?

En fin, la cosa es que el hombre ha sabido capitalizar sus cinco minutos de fama. Vamos, que hasta lo mandaron a traer para un programa televisivo de Chile. Aquí les dejo un fragmento, en el que habla de toda sarta de cosas: desde la muerte de Fidel Castro hasta los números de la lotería chilena (que no fueron los que él predijo, según un comentario en Youtube).



No es que yo sea devoto de Nostradamus, pero que los del programa le den a este señor el título de "Nostradamus moderno" es demasiado. Al final queda al juicio de cada quién lo que piensen sobre él. Yo digo que es un hereje, ¿y ustedes?

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*Me refiero a escatología en su sentido más puro: "Conjunto de creencias y doctrinas referentes a la vida de ultratumba".
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Por cierto, sólo para que mis compañeros de colegio lo sepan (y se "enorgullezcan"), se graduó del Liceo Salvadoreño.

jueves, 28 de enero de 2010

In memoriam

Llevo dos días tratando de escribir este post, pero simplemente ¡no quiere salir! Me siento frente a la computadora, y mis dedos comienzan a querer teclear las doscientas veinticincomil cuarenta y cuatro ideas/emociones que revolotean entre mi cabeza y mi corazón. Haré un esfuerzo, comenzaré por el comienzo (sino, ¿por dónde más?):

Mi abuela se fue. Por muy increíble que parezca para mí, se fue. Era la que siempre estaba ahí. No hay etapa de mi vida en la que no tenga un recuerdo con ella. Era la que permanecía, la "eterna", la que nunca nos iba a abandonar, o al menos eso parecía. Era mi "abuelita de lejos", como le llamaba cuando niño, porque vivía en San Julián, Sonsonate, y venía a pasar temporadas a mi casa en San Salvador.

Ha sido la partida más difícil de digerir para mí. Todo me recuerda a ella: las tortillas calientes, las tardes soleadas, el cantar de los pájaros, las naranjas de su finca, ese olor a café y humedad que tenían algunas de sus cosas, etc. Desafortunadamente para mí, con el recuerdo me sobrevienen los ataques de ansiedad y sus compañeros inseparables: los dolores de cabeza (o sea que, de momento, vivo con ansiedad y dolor de cabeza).

El día de ayer fuimos a su casa, la finca en que vivió por tantos años, y en la que creció mi madre. Estaba caótica: hojas por todo el terreno, un reguero de "chunches" por toda la casa, mesas sin mantel, los muebles amontonados; en fin, nada parecido al modo en que a ella le gustaba mantenerla. Lo único que estaba intacto (o al menos lo parecía) era su cuarto, hasta que dos de mis tías y mi madre se dieron a la dura de tarea de sacar las cosas de mi abuela, y vaciar todos los muebles y las gavetas . Así, entre "cuánto asunto tenía mi mamá", "mirá ésto, ni siquiera lo usó" y "ya voy a sacar mis cosas, para que cuando me muera no le cueste a mis hijos", se me fue pasando la tarde.

Como no me había sentido muy bien, yo sólo entraba por momentos esporádicos, siempre que no empezara a sentir el temblor en mis piernas y el cansancio propio de mis ataques de ansiedad. Entre tanto y tanto, me sentaba en una de las sillas que mi abuela mantenía en el corredor de la casa, y ahí, rodeado por una brisa fresca, llegué a comprender el porqué le gustaba tanto quedarse en la finca. Y con esa brisa me sentí rodeado por mis abuelos, y logré calmar mis nervios.

Entre las cosas de mi abuela apareció una caja llena de viejas fotografías. El día de ayer no tuve las fuerzas para verlas, todo por culpa de un dolor de cabeza "redime pecados" que me dio como consecuencia de no haber comido y haberme sobre expuesto al calor (maña vieja). Hoy por la mañana, menos adolorido, me di a la tarea de ver las reliquias fotográficas. Hasta entonces, caí en la cuenta de que mi abuela no era sólo mía, sino que venía de mucho antes, que había gozado de muchas cosas y que no me pertenecía. En realidad, pertenecía a Dios (en quien ella tenía mucha fe, por cierto). Ahora ha regresado a Él, su verdadero dueño.

A mí, no me queda más que dar gracias por haberme permitido conocer a esta magnífica señora. Esa que fue bisabuela, abuela, madre, tía, hermana... pero sobre todo, que fue matriarca, maestra y amiga de muchas generaciones y de mi persona. Puede irse tranquila, abue, nunca la olvidaremos. Que Dios, con quien está ahora, le retribuya todo lo que hizo por nosotros.

Requiem aeternam dona ei Domine, et lux perpetua luceat ei.
Requiescat in Pacem. Amén.

P.D. gracioso no. 1
Ojalá todos tuviéramos la inocencia de los niños. Cuando a mi sobrina de 6 años le informaron que había muerto mi abuela, contestó: "¡Qué suerte la de ella! Ahora ya está con Michael Jackson". Ahhhh, los niños.

P.D. gracioso no. 2
En el pueblo en que vivía mi abuela se están celebrando las fiestas patronales. Para nadie es sorpresa que, con ellas, aparezca una horda de borrachos. Sin embargo, para mí fue una grata sorpresa (modo diplomático de decir: "me mató de la risa") ver a uno de ellos platicando con una pintura de Farabundo Martí afuera de la sede del FMLN. Aunque da un poco de lástima, hay que aceptarlo: no todos los días se ve algo así.